Parte de las gracias que la Asamblea Constituyente de 1830 le había concedido a Mariana como esposa del Emperador, era la conformación de su propia corte personal de once damas, una llamada "de honor", cinco "de la Emperatriz" y cinco "de palacio", así como dos sirvientas para sus aposentos.
Algunas de estas damas, como las duquesas de Selvaguirre y Maenza o la baronesa de Mirasierra, eran consideradas por Mariana como sus mejores amigas y formaban parte del llamado "Círculo de la Emperatriz", un grupo de personas que gozaban de la completa confianza de la Consorte y que tenían gran influencia sobre sus decisiones, y por ende sobre las del Emperador.
Dama de Honor
La dama de honor era una mujer de la alta nobleza (princesa o duquesa), su labor era acompañar diariamente y en todo momento a la Emperatriz por lo que su relación personal era bastante estrecha e íntima, incluso se le debía poner a disposición sus propios apartamentos en la residencia imperial si así lo requería.
Damas de la Emperatriz
Las cinco damas de la emperatriz eran escogidas únicamente entre esposas de nobles de gran prestigio y peso político (príncipes o duques). Debían asistir a la residencia imperial una cada día, aunque a veces eran dos, y su única labor era acompañar y conversar con Mariana o servirle de recaderas, tenían el privilegio de dirigirse a ella sin necesidad de esperar su permiso, también eran las encargadas del guardaropa.
Las cinco damas de palacio, estas pertenecían a la baja nobleza (marquesas, condesas, vizcondesas o baronesas) o a la aristocracia no titulada pero que representara algún interés para la Corona.Debían asistir a la residencia imperial una cada día y su labor era principalmente la de acompañar y conversar con la Emperatriz, pero debían esperar permiso para dirigirse a ella, también eran las encargadas de preparar todo antes de que Mariana entrara a algún lugar y de cuidar a los pequeños príncipes si las acompañaban.